#WorkYourLove: Belleza y Salud Desde El Interior
Queridas Beauties, ¿cómo están? Mucho se dice sobre la genética y solemos creer que si nacimos con determinados genes, ya nos tenemos que resignar a “lo que la naturaleza nos dio”. La realidad es que lo que somos es determinado 30% por nuestros genes (que vienen de nacimiento) y un 70% por nuestro ambiente (lo que comemos, cómo dormimos, cómo nos ejercitamos, nuestra exposición a tóxicos, cómo manejamos el estrés, entre otros), y que sí podemos controlar o modificar.
Es decir, los factores ambientales (sobre los que sí tenemos control) determinan nuestra expresión genética, de una manera más o menos óptima. Digamos que los genes contienen información que viene en nuestras células y determinan qué color de cabello tendremos, la forma de nuestro cuerpo, el carácter e incluso qué enfermedades padeceremos, entre otro millón de ̈detalles ̈ que forman nuestra existencia.
La manera en que comemos, por ejemplo, va a determinar si cierto gen se expresa (se activa) o no. Por ejemplo: si nacemos con un gen de cierta enfermedad, y hay un alimento que activa ese gen, no consumiendo dicho alimento tenemos una probabilidad mucho mas grande de evitar que esa enfermedad se desarrolle en nosotros. Por eso es tan importante el manejo que hacemos de estos factores ambientales, en resumen: la alimentación, el ejercicio, el descanso y exposición a tóxicos.
Lo más importante de esto, es que vernos bellas y tener nuestro mejor cuerpo va a ser una consecuencia de sentirnos increíbles y de estar cada vez más saludables! (y no al revés). Sin dudas, es la clave de vivir mejor por más tiempo. Envejecer no es opcional, pero el deterioro sí.
Es tan importante entender cómo funciona nuestro cuerpo y poder darle lo que necesita. La naturaleza hace su trabajo y tiene miles de años de estar probada su efectividad, no creen? En la época en que más dietas hice (para nada más morir de hambre y terminar más frustrada que antes) pensaba en cómo hacían nuestros ancestros para estar comiendo cada 3 hr (porque miles de años atrás no había acceso al alimento tan fácil y hasta podían estar días sin comer!), y no existía la obesidad ni ciertas enfermedades típicas de nuestra época. Pues la respuesta la entendí tiempo después, y se llama cetosis. No es nada más ni nada menos que el mecanismo en que el cerebro está en modalidad “consumir grasa” como combustible en vez de azúcar. No confundir con las dietas cetogénicas, que nos ponen en cetosis por largos períodos de tiempo y, si bien son excelentes para cumplir determinados objetivos, como la reducción drástica de peso o el tratamiento de ciertas enfermedades, son difíciles de sostener en el tiempo como estilo de vida. Todos pasamos por un rato de cetosis, por ejemplo cuando dormimos, así que es un estado más común de lo que creemos.
Nuestro cerebro es grasa, y usa grasa como combustible. Cuando consumimos grasas (buenas), ponemos nuestro cuerpo a consumir su propia grasa como combustible (por eso ayuda en la reducción de grasa corporal), sin embargo es muy buena forma de equilibrar el peso de personas que también están demasiado delgadas.
Cuando comemos azúcar se detonan ciertas respuestas hormonales por las que nuestro cuerpo no puede acceder a la grasa acumulada en nuestras células. Como combustible, la glucosa (azúcar) dura poco, es de menor calidad, el cuerpo no puede acceder a las propias reservas entonces pide más alimento externo. Por eso, en resumen, muchas veces con dietas de restricción calórica y bajas en grasa no logramos bajar de masa grasa, a lo sumo bajamos músculo (lo cual por supuesto es en detrimento de nuestra salud).
Es importante que entendamos que mantener nuestro porcentaje de grasa dentro de ciertos niveles es una cuestión de salud, y va mucho más allá de lo estético: por ejemplo, ¿sabías que la grasa abdominal excesiva actúa como una glándula más y segrega sus propias sustancias tóxicas para el cuerpo, llamadas citokinas? Por eso, quien tiene cierta grasa abdominal puede padecer desequilibrios hormonales que hacen aún más difícil el descenso de peso, provocar condiciones auto immunes, interferir con el humor y mucho más.
El cuerpo es nuestro medio para crecer y cumplir con nuestros objetivos aquí, así que mientras mejor esté, más fácil nos será vivir mejor. Espero que esta información a grandes rasgos les ayude a ir entendiendo cómo funciona y a amarlo más, porque ese es el motivo de estas líneas: que entendamos que nuestro cuerpo tiene su propio funcionamiento y sus propias leyes, y lo mejor que podemos hacer es darle lo que necesita como realmente es en vez de pelearnos con él.
De la misma manera que no le daríamos una manzana a un coche esperando que nos lleve al trabajo, ¿por qué habríamos de darle al cuerpo algo que realmente no es lo óptimo para su funcionamiento?
Gracias por leerme, les mando un abrazo apretado a todas Nos leemos pronto
-Victoria
Imagen destacada vía: Lone Wolf Magazine
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