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Foto del escritorRodrigo Ortiz Fernandez

#RUNPAOLARUN: NO HAY SEXTO MALO

Por: Paola Cuellar Atilano @ThePCuellar

Después de un mes sin correr, 10 sesiones de terapia que dolían más que una inyección de bedoyecta doble congelada, semanas de muchísimo trabajo saliendo a altas horas de la noche, una gran perdida personal unos días antes del maratón, me lanzo con mi hermano (partner in crime, con quien he corrido 6 de los 6 maratones en mi lista) a Chicago y con quien aparentemente corría desde que no sabía que me gustaba correr y era por seguirle la onda a mi papá. Llegamos el viernes en la noche, muy tarde (porque claro también se retrasó el vuelo de Detroit a Chicago) directo a dormir para el día siguiente temprano ir a la expo a recoger nuestros números para la carrera.


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Al día siguiente fuimos al equivalente a Disneylandia de cualquier corredor, a la expo en el McCormick Center. Quien vaya y no compre nada es seguramente un ser divino que no cae ante las tentaciones. TODO quieres comprar, TODO, y tomarte foto en cada esquina, así nada más diga Restrooms. Mi número fue el 12666 del corral D y está súper documentado en todas mis redes sociales (lo siento para quienes me siguen y saturé con cosas del maratón, pero me dejé llevar por la emoción del momento). Saliendo fue un día normal de carb-loading y nuestro ritual de buena suerte que es ir al cine antes de irnos a dormir.


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Llega el domingo y creo que no hay día que batalles menos para levantarte. 10 minutos antes de que suene el despertador ya estás en la regadera (Si, esto es clave….. bañarse antes de cualquier carrera….. sudar sobre limpio siempre va a ser mejor que sudar sobre sucio. Eso de: “al cabo de voy a sudar”, no aplica. Giu.), embarrándote de bloqueador y vaselina y lista para empezar el show.


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No es por nada pero arranqué corriendo como el viento. Usain Bolt es una tortuga para como yo iba corriendo. La pata de ganso (lesión) me estaba haciendo los mandados. Feliz. Observando a todos los que se levantaron a echar porras y sus caras de emoción cuando veían a quienes fueron a ver, inventando historias de por que algunos de los que estaban corriendo estaban corriendo. Pensando en como es posible que yo me quejo cuando te pasa una persona sin una pierna corriendo feliz a lado de ti o una persona con su camisa que dice: “I kicked breast cancer’s ass. I can kick this marathon’s ass”. Es como si conocieras a cada una de las 45,000 personas y podría ser amiga de cada uno de ellos, por que tenemos muchas cosas en común.

Conforme pasaban los kilómetros y se iba haciendo más tarde el calor se empezó a poner bueno. Pasé de tomarme un vasito de agua o Gatorade a tomarme casi 3-4 por estación y uno de pilón en la cabeza para refrescarme. Después del kilometro 27 donde me topé a una de mis mejores amigas y a su futuro bebé (mi porrista oficial en Chicago por 3era vez) empecé a perder la cabeza. La famosísisma pared.

¿Qué necesidad?

Me quiero quitar la gorra, ¿Me pusé bloqueador?,

¿Y si se acaba el agua?, ¿Qué son 12 kilometros más?,

¡Hola Pata de Ganso!,

¿Otra vez Pitbull?,

¿Serán ganas de ir al baño?

Es el último maratón que corro en mi vida,

¿1 +1 es igual a 2, o es igual a 3?,

Padre Nuestro que estas en el cielo,

¿Estoy corriendo? Por que dice que voy a 10min/km

Me hubiera comprado el vestido que ví ayer, ¿seguira en descuento?

Así me fui por por últimos 12 kilometros de los cuales no me acuerdo ni que ví (sólo me acuerdo que ví a un amigo que estaba echando porras y que le grité “CHAAAAANGOOOOOO” enfrente de su cara y no me vió. Más tarde en el festejo juramos que seguro no le grité y sólo eche un grito cual Chewbaca) ni como le hice para llegar a la meta. Eso sí, la ultima canción que salió en mi ipod fue la de: “una vaina loca, que me lleva a la gloria”, la cual no tuve la energía para buscar algo más emotivo como Eye of the Tiger o We are the Champions.

4 horas y 2 minutos después estaba cruzando la meta y a los 5 minutos llegó Will Smith y con un click de su aparatito de Men in Black y me borró la idea de nunca más correr un maratón y a festejar con todas las endorfinas posibles del mundo como si no hubiera mañana.


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Con todas estas endorfinas y sentimientos a flor de piel que te duran como 5 días en los que no puedes quitarte la sonrisa de encima, además de que quieres llorar por cualquier cosa bonita que pasa quiero aprovechar a agradecer a toda la gente que me apoyo en el proceso.

  1. Mis papás que los dos son unos guerreros y son mi más claro ejemplo de que no hay que rendirse nunca ni por ninguna razón. ¡Hasta la victoria siempre!

  2. Mi hermana que nunca ha entendido este deporte tan raro pero que de todas formas es mi fan #1. Y quien va a correr su primer 5k en unas semanas.   Ya caerá.

  3. Mi hermano que como dije es el mejor partner para estas locuras y que seguro me le voy a seguir pegando aunque ya no quiera ir conmigo. Para eso es la familia. Sorry. Además de que me hizo la mejor playlist con muchos guilty pleasures.

  4. A mis amigas que ya ni me preguntan como voy por que ya se les hace normal que corra. Pero se que en el fondo están bien al pendiente y bien orgullosa. Especialmente a las que me confiesan que no me siguieron por que se desvelaron un día antes y se levantaron cuando yo ya había terminado.

  5. A mis amigas que me mandaron mensajes, videos y voicenotes. No saben lo importante que es haber recibido cada uno de esos.

  6. A mis amigas corredoras que se levantaron temprano para ver como iba, porque saben lo importante que es que alguien te vaya siguiendo.

  7. A los del trabajo que me vieron de buenas y de malas cuando no podía ir a correr por que nos teníamos que quedar hasta tarde y que también me aguantaron cuando me iba por que “necesitaba” correr.

  8. A mi terapeuta, Marisol, que me aguantó llorando cada vez que me hacia esos masajes del infierno.

  9. A Daniel y Cecy que me hicieron orgullosa amiga de 2 nuevos maratonistas. Bien ahí, champs!

  10. A Lore que por 3er año se ha encargado de echarme porras en el maratón de Chicago y esta vez acompañada de mi futuro sobrino.

  11. A mis roomies que vieron el cambio 360 grados y que aún así me soportaron y me seguirán soportando por que esto no para aquí. No tardan en caer también.

  12. A la Güera, mi abuela, que el lunes antes de la carrera falleció a las 101 años y que como mucha gente me decía nos estuvo acompañando durante todo el trayecto. Gracias Güera, te vamos a extrañar.

  13. A Hildelisa y todo el equipo de BeautyunkiesMX por haber confiado en una persona “normal” para ser la cara del blog en cuanto a deporte se refiere y haberme acompañado durante todo este proceso. Las amo con locura.

PS. Y ahora, ¿Qué sigue? ¿A inventarnos algo no? Tre’Davious White Authentic Jersey

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