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Foto del escritorRodrigo Ortiz Fernandez

#GuapasYProductivas: Una Casa Ordenada Igual A Mujeres Más Productivas Y Contentas

Soy una apasionada del orden porque he constatado con los años que vivir bajo un cierto estándar auto impuesto de armonía y disciplina mental y física no sólo nos hace mujeres más felices sino, se convierte en un poderoso motor de productividad lo cuál deriva en una secuencia positiva de acciones que nos acercan a la vida que más nos guste vivir.

Nuestras casas, son generalmente concebidas como un espacio de descanso, de resguardo, de protección, de convivio y de almacenaje. Sin embargo yo les tengo una propuesta. ¿Qué pasa si convertimos nuestra casa en un centro sagrado que nos venera, en un espacio que nos define, en un lugar que nos inspira, en el sueño que anhelamos y en un centro de operaciones preciso?

Me explico. La casa puede ser nuestra gran aliada para ser mujeres productivas y mujeres felices. Y para ello les voy a dar 5 consejos para lograrlo.

  1. Un espacio sagrado. Los templos cuidan y alaban a sus deidades. Así tenemos que ver nuestra casa. Como un ente que nos abraza y se encarga de que estemos bien. Sanas, fuertes, vitales, entusiasmadas y empoderadas. Para ello hay que tratarla como tal. Límpienla, organicénla, descarten todos y cada uno de los objetos que no usan, y cuiden los objetos que viven en su templo y conviértanse en las diosas.

  2. Nuestra casa nos define. Está en nuestras manos tener la casa que queramos. Y ojo, esto no implica dinero, sino imaginación y cariño. Estoy segura que pueden imaginar a la persona que vive en aquella casa llena de libros. Libros en la sala, en la mesa del comedor, en pilas de piso a techo y libros en la cocina. Vivan exactamente como quieren ser definidas en su vida. Quizá minimalistas, espirituales, artistas, almas libres, conservadoras…, como quieran pero sean congruentes. Hagan el ejercicio hipotético de que entrara una persona desconocida a su casa y tuviera que describir su personalidad solamente viendo su casa y modifiquen lo que hoy este alejado de lo que quieran ser.

  3. Tu casa te hace sentir lo que irradia. Está comprobado científicamente que el impacto visual al que estamos expuestas en cada momento influye y modifica nuestro estado anímico. Si estamos rodeadas de flores, es mucho más probable que estemos más contentas que si estamos rodeadas de desorden (por dar un ejemplo muy obvio). Pero es así. Procuremos que nuestra casa nos estimule positivamente en cada rincón y que nos haga tomar fuerza para salir a conquistar el mundo.

  4. Adiós al concepto: “El jardín de mi vecina es más bonito”. ¡Ciao!, ¡Bye! Si buscamos confort, produzcámoslo en nuestra propia casa. Si nos gusta desayunar en una mesita al lado de la cama con flores y una tetera hermosa como en el hotel maravilloso al que alguna vez fuimos, pues manos a la obra. Si nos hace felices tener la cama de revista, hagamos unos cojines de revista. Así de fácil. De nuevo: sin dinero y con imaginación.

  5. Yo a mi departamento le llamo “el corporativo”; Porque es mi aliado en: hacer las mermeladas que vendo, los videos que hago, los planes de negocio y demás cosas de chamba. Convertí el closet de blancos en oficina, hice un foro en mi cocina, y mi comedor es la mejor sala de juntas que puede soñar un empresario mayor. Organicen sus documentos, expedientes, carpetas, niños, escuelas. Todo en su lugar y verán como la productividad comienza a tomar otra dimensión.

¡Recuerden que las mujeres productivas somos las más guapas porque somos las más felices!

Les mando un beso,

Tati.


 

Créditos

Imágenes vía AP Images 

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