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Foto del escritorHildelisa Beltrán

EL PELITO DE BON JOVI por Cucharadas de Placer

El Pelito de Bon Jovi

Por Doña Cucha

 

“Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” Cuantas veces hemos escuchado esta frase y nos la hemos pasado por el orto pensando en que son puras faramallas. Para joda de nosotros, es lo más real que existe y solo le agarramos el pedo hasta que nos pasa.


Cuando salí del Oxford, sí, era Legionaria, me liberé de muchas restricciones/limitantes que nos inculcaron. Principalmente la de mi look. Diario iba a la escuela con el pelo relamido, como si fuera bailarina del Bolshoi a punto de presentarse ante Mijael Gorbachov antes de que explotara el segundo reactor de Chernóbil. Ya saben, nuestras mamás haciendo su magia para vernos inmaculadas.


Entré al Tec de Monterrey y ahora sí dije: “chinguen a su madre todos”. Obviamente, deje de peinarme, me ponía la ropa que yo quería, me deje el pelo como se me antojaba y empecé a ser verdaderamente yo misma. Y al poco tiempo, como a todos, me llego esa etapa de: “Quiero un cambio de look”.


Fui con Lala mi hairsylist (luego les cuento más de ella, es una pistola) y como si fuera Woody le di rienda suelta. Me refresheo la choya y al día siguiente que llegué a la escuela, todas me dijeron lo súper cool que me veía con esa nueva greña. Una de mis mejores amigas me soltó un: “No mames, te pareces a Bon Jovi”. No fue en tono burlón ni nada por el estilo, de hecho, el look que hacía referencia era al del concierto de Wembley en el 95, (please véanlo se van a obrar) pero en ese momento ese comentario me cagó con todo y que amo a Bon Jovi.



En ese entonces, por alguna extraña razón me encantaba el punk. No sé si andaba emputada con la vida, pero disfrutaba al máximo esos gritos, sombrerazos y guitarrazos que duraban 1:50 minutos. Había un grupo que me fascinaba, se llama The Casualties, por favor googlenlo. Estos ojetes traían un look super anárquico y ultra cool, parecían unos pavorreales electrocutados que te iban a robar los calzones.



Y fue justo ahí, cuando decidí hacerme un mohawk. ¡Sí Señor! Pero no como el que usaron David Beckham y sus contemporáneos, nel. Este era uno de verdad, de los punks que no respetaban a la Reina Isabel y se agarraban a chingazos con la policía. Al día siguiente, llegué a la prepa y la reacción de sorpresa se triplicó. Todo mundo me dijo: “Qué pedo ¡Wow!” y yo la neta me sentía la novena maravilla del globo terráqueo. No saben el pegue que tuve en esa época. Para no hacerles el cuento largo, estuve casi 3 años con ese pelo. Todos los días me levantaba a las 6 am para hacer mi ritual del mohawk. Este consistía en plancharme el pelo como si mi cabeza fuera un burro de tintorería y me untaba Murray´s Superior, una cera especialmente formulada para aguantar el pelo de los afroamericanos, imagínense el pegamento. Los fines de semana repetía este proceso mañana y noche para que amarrara todavía más. 




Después del mohawk, y a medida que me iba creciendo el pelo, me seguían gustando esos estilos excéntricos tipo A Flock of Seagulls, así que seguí con mis rutinas de planchado y ceras extremas.  Fue tal el daño que le hice a mi pelo, que cuando ya estaba largo otra vez, obviamente ya no era el mismo. Estaba completamente destruido y su estructura había cambiado. Hoy que veo esas fotos, me dan más nauseas que a una embarazada de trillizos.


Fue tal mi disgusto, que tuve mi momento Britney (maquinita del 2). Cuando me volvió a crecer, me di cuenta de que el pelo del Bon Jovi noventero, se había transformado en el de David Bisbal, época del Ave María. WHAT??!!! Sí, así pasó. Al principio me costó mucho trabajo aceptarme con el pelo ondulado/chino, pero no estaba de acuerdo en volver a esas rutinas capilares sádicas y mucho menos me latían esas “soluciones” de planchados permanentes.


Como a todas, me tomo un tiempo. Poco a poco me fui enamorando de la textura natural de mi pelo y hoy en día lo amo y lo “cuido” muchísimo. Y como prueba fehaciente, no de mi vanidad, cada vez que salgo me dicen: “¿Qué onda con tu pelo? ¿Cómo le haces para tenerlo así?"


¡MUY SIMPLE! No lo toco, ni le pongo nada. ¿A qué me refiero con esto? Se seca al natural con el paso de las horas, sin usar secadoras, planchas, tenazas etc. Y una vez que está seco, lo dejo ser el protagonista, sin embarrarme tanta mierda que existe hoy en día.

¡A ver! ¿Cuántas veces hemos visto con celos a la señora de huarache y rebozo en la calle que vende alegrías y obleas que trae un pelo de cuento de hadas? ¿O el dude metalero apestoso que pasa a lado de nosotros para subirse al metro y que trae una melena digna de comercial de shampoo?


¿Cómo diablos le hacen esas personas para portar semejante melena sin gastar fortunas en colágeno, vitaminas, cremitas, brazilian blowout y demás chingaderitas para el pelo? Seguramente aquí juega el factor de genética. ¿Pero lo demás, qué pedo? Es más, yo creo que les vale completamente madre y es ahí donde está la solución.


No hay nada más atractivo en una mujer que una melena súper chingona, pero sobre todo saludable y natural.

¿No me creen? Fíjense cuando su influencer favorita no traiga toda la parafernalia que se pone para sus posts de Instagram. Se parecen a la Chimoltrufia.


Hace unas semanas, Hildelisa me mando la línea de No Frizz de Living Proof, la estuve probando todo este tiempo y les tengo que confesar que esta chingonsísima. Huele delicioso, te deja el pelo muy suave, manejable y con una textura súper rica.  Justo esa combinación de elementos hace que no te tengas que poner nada más en la choya para darle una ayudadita a tu look. Haz de cuenta que tu cabeza se transforma en un bebé recién bañadito, perfumadito y suavecito después de haberse floreado en todo el pañal. Por supuesto que los recomiendo, el único pero que le pondría, es que con esa lana te puedes ir de vacaciones a un Safari en el Serengueti.


¿Y qué chingados con toda esta historia? Lo que quiero rescatar son 2 cosas:


1)     Sean ustedes mismas, con la greña y las características con las que les toco nacer. ¡Sí! si se vale darse un upgrade o ayudadita con productos, pero no la caguen intentando tener una melena que jamás tendrán y que al final de cuentas no es real. Lo natural siempre es lo más chido.


2)     No necesitan gastarse una fortuna en tratamientos, herramientas y pócimas mágicas para el pelo. La clave está en “cuidarlo” y la mejor manera de hacerlo es dejar de hacerse todas las chingaderas que han hecho hasta el día de hoy.


Claro que extraño mi pelito de Bon Jovi y haría lo que fuera por tenerlo otra vez. ¡Bueno, chance NO! 😊


Les dejo mis productos top, dependiendo de su tipo de pelo:


1.     No Frizz de Living Proof: ¿Te quedó el pelo como escoba de tanto estarlo manoseando? Este dúo te lo arregla.

2.     Head & Shoulders Advanced: ¿Te pica el coco? ¿Traes la choya toda pulgosa como Jorge Gómez Naredo? Este shampoo es la solución.

3.     Olaplex 8 Bond Intense Moisture Mask: ¿Tienes un barco estacionado en Capri? Esta mascarilla es para ti.

4.     Tangle Tezzer: Si se quedaron pelonas por andarse cepillando a lo bestia, usen este que es suave y lo trata como se debe.



 

 

 

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