#BrainsAndBeauty: Pascua-Gasta
- Rodrigo Ortiz Fernandez
- 25 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Luisa llevaba un vestido floreado, zapatos abiertos y unos preciosos lentes de sol. Se sentía una reina. Sacó la mano por la ventanilla del auto para tomar el boleto del estacionamiento cuando se dio cuenta que su dedo índice ya no tenía uña esmaltada como todas las demás. Sintió la enorme necesidad y urgencia de ir al salón de belleza a que le arreglaran ese desastre. Al día siguiente se iría de vacaciones y no podía irse con las uñas sin arreglar. ¡Sería una falta de respeto a la belleza misma!
Entro al centro comercial. Tenía la intención de comprar un bañador y una toalla larga y grande para asolearse junto a la alberca en donde pasaría sus vacaciones.
Escogió un par de tallas del traje de baño que más le gustó. Entro al probador y al medírselo, se traumó. No le gustó el reflejo que el espejo le dio. ¡Estaba más gorda que el año anterior!
Su sensación de reina desapareció. Salió del probador, más triste de como entró. Escogió 3 estilos distintos y entró de nuevo. Apapacharse es un método de defensa temporal que le gusta mucho usar. Compró dos trajes de baño, unas sandalias cómodas, un vestidito ligero para usar al salir de la alberca, un bronceador, la toalla gigante, un sombrero y una pulserita sencilla que le ofrecieron en la caja antes de pagar.
Se volvió a sentir feliz con sus compras. Llegó a casa y desempacó todo. Se imaginó en la playa, caminando a la orilla del mar mientras el sol descendía.
Llegó el momento de viajar. Las maletas listas, las uñas completas y la actitud puesta.
Al llegar al hotel, tuvo que esperar cerca de 1 hora para que les asignaran cuarto a ella y a su familia. Había gente por todos lados, niños alborotados corriendo y gritando. Empezó a fastidiarse porque el viaje no pintaba como lo imaginó. ¿Por qué hay tanta gente? ¡Ah! Claro es semana Santa, los niños están de vacaciones y todos se les ocurrió venir a la misma playa para “descansar”.
No les hago el cuento más largo. Luisa se fastidió, no pudo disfrutar completamente los 5 días de vacaciones. Se sentía gorda, sentía que la juventud se le escapaba, se encontró frente al espejo con celulitis, le salieron nuevas pecas, se le perdieron sus lentes de sol, el bronceador que compró no sirvió para protegerle del sol, terminó ardida de todos lados, los precios de los mariscos estaban más caros que nunca y había tanta gente en la alberca que era imposible sumergirse y avanzar sin chocar con alguien en el camino.
Ahí te van mis consejos:
Evita ir a la playa en Semana Santa: Si quieres viajar por México, ve a lugares menos concurridos. Habrá gente en todos lados, pero las playas son favoritas. Visita pueblos mágicos, ciudades lejanas o turistea en tu propia ciudad haciendo actividades que nunca haces. ¿Sabías que los extranjeros suelen conocer más cosas de nuestra ciudad que nosotros mismos.
La belleza reside en el espectador: No te traumes por ser más vieja, menos flaca, menos parecida a las modelos del mundo. Tú eres una beautie hecha y derecha. Eres perfecta. Obsérvate y recuerda que todo tu cuerpo es una obra de arte. Ámate al verte en el espejo, disfruta de tus lunares, celulitis y rasgos, porque eso es lo que te hace única y terrenal. Disfrutarás más de todo lo que haces si te gustas a ti misma tal y como eres.
Agradece y disfruta: No te acongojes, la vida esta para disfrutar y las vacaciones son parte del fruto de tu trabajo. Si viajas sola, disfruta ese tiempo contigo. Si viajas acompañada entonces agradece la vida de esas personas que van a tu lado. Sonríe que la vida es una sola.
Por Suzelle Morris
Imagen destacada vía: Dolce Gabbana
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