top of page
  • Foto del escritorRodrigo Ortiz Fernandez

#BEAUTYSOUL: Y TÚ, ¿A QUÉ TE DEDICAS?

Por: María Noval Arias

Y tú, ¿a qué te dedicas?

“Presentémonos y digamos brevemente cada una a que nos dedicamos”. Así comenzó hace unos días el desayuno de la escuela de mis hijos.  En una esquina de la mesa una mamá parecía hacerse chiquita a medida que el turno se le acercaba y cuando finalmente llegó su cara se puso triste mientras decía con pena… “ama de casa”. Sentí ganas de hablar con ella y hasta de abrazarla, pero las presentaciones siguieron, su tristeza  se escondió, el desayuno llegó a su fin y no me dio tiempo de decirle nada. Una parte de mi se fue con ella… quería decirle que algún día sentí lo mismo, que la entendía perfecto y que lamentablemente es algo que siento que muchísimas mamás en algún momento hemos sentido. Una sensación extraña entre frustración y culpabilidad que además de dolernos a nosotros puede llegar a lastimar a nuestros hijos si no nos quitamos pronto el sentimiento de encima. Y es que si trabajamos porque trabajamos y si no lo hacemos porque no lo hacemos. De pronto las mujeres somos demasiado exigentes con nosotras mismas, queremos lo mejor de los dos mundos, desarrollarnos profesionalmente, tener nuestra independencia económica y a la vez estar con nuestros niños en todo momento.

Vivimos en un mundo curioso donde la profesión por momentos parece definirnos en lugar de definir lo que hacemos como medio de vida.



Hemos confundido el ser con el hacer. Decimos “soy maestra”, “soy estilista”, ” soy empresaria”, y cuando no trabajas y te preguntas “¿quién soy?”. Llegas a pensar que la respuesta es la profesión que no tienes, es decir, nada…  arrastrando tu autoestima por el piso mientras tu cabeza contesta antes que tu corazón, y te dice un “no soy nada” que dolerá, te entristecerá y apagará tu luz poco a poco como le pasó a la mamá del desayuno. Todo por hacer más caso a creencias e ideas amontonadas en nuestra cabeza que a nuestro propio corazón.

Recuerdo perfectamente como en mi cabeza hace varios años, y como consecuencia de haberme inyectado en mi infancia en España pequeñas dosis de supermamás trabajadoras, había imágenes de mamás que trabajaban (como la mía, por ejemplo) situadas injustamente encima de las que no trabajaban. Había juicios hechos por mí misma y después aparecieron más juicios en mi contra por ser mamá y dejar de trabajar. Había culpabilidad, curiosamente la misma que sentí en algún momento por trabajar y no estar con mi hija y todo eso creaba un gran conflicto dentro de mí. “Trabajar o no trabajar” me repetía… hasta que recordé que nuestro trabajo no nos define, al igual que trabajar tampoco nos hace peores mamás. Nuestro valor no radica en si trabajamos o no, nuestro valor se encuentra en nuestra esencia más allá de toda creencia social o familiar, y se demuestra buscando el bien propio y el ajeno, tocando vidas de manera positiva y haciendo la diferencia. Poniendo nuestra creatividad al servicio no solo de nosotras mismas sino del mundo. A veces con detalles, otras con miradas… Somos creadoras por naturaleza. A veces de sonrisas, otras de proyectos maravillosos. Unas veces empresariales, otras de proyectos de vida guiando con nuestro ejemplo a nuestros hijos, buscando mejorar como persona y dando siempre lo mejor de nosotras. Eso sí, siempre, siempre creando, estemos o no trabajando.

Ojalá sirvan estas líneas no solo para las que son mamás y trabajando o sin trabajar se juzgan de más y se sienten mal por ello. Ojalá nos sirva a todas para nunca juzgarnos a nosotras mismas y menos a otras. Me queda claro que ser mamá no es tarea fácil y a veces cometemos errores pero también me queda claro que cada quién tiene su historia, su vida y merece ser respetada. Y a veces eso que para una es un error para otra resulta ser una bendición disfrazada de lección. Mejor apoyémonos y compartamos nuestras experiencias para que otras no cometan nuestros mismos errores o simplemente escuchémonos, a veces sólo necesitamos hablar…

Somos seres maravillosos con luz propia capaz de nutrirnos a nosotras mismas, a nuestra familia, a nuestra comunidad y a un país entero si hace falta.

Hoy si me preguntan a qué me dedico diré con la frente bien alta y la sonrisa en la boca que me dedico a mi misma, a mi familia, a mi mundo y de una manera especial y mágica a todos los que me rodean, ya que es desde el amor que me tengo que puedo dar amor al mundo y eso es precisamente lo que más necesita.

Un abrazo y ¡hasta la próxima!


 

Créditos Imagen destacada vía Pinterest

BANNER BONITA 2.jpg
bottom of page