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  • Foto del escritorRodrigo Ortiz Fernandez

#RunPaolaRun: Corriendo De Nuevo

Me voy a ir directo al punto tomando directamente lo que dice la página de Sal a Valle:

“Sal a Valle es la primera carrera de relevos entre dos pueblos mágicos de la República Mexicana: Ixtapan de la Sal y Valle de Bravo, Estado de México. Con una ruta de 120 km. los equipos deberán ser estratégicos, unidos y determinados para llegar primero.”  (Yo aquí le quitaría el primero y dejaría sólo llegar). “Los equipos están compuestos por 5 corredores, cada equipo viajará en una camioneta en donde tendrán que dormir, comer y prepararse antes de cada segmento.”

Esto lo vivimos el pasado Sábado 17 de Febrero.  Un equipo conformado por 3 mujeres y 2 hombres llegamos a Ixtapan de la Sal el Viernes por la noche sin saber muy bien a qué nos habíamos metido. Mucha expectativa, mucha emoción y a la vez muchos nervios ya que no fueron los mejores meses de entrenamiento para la mayor parte del equipo.  

A pesar de no conocernos mucho entre todos los miembros del equipo el click fue inmediato. Superamos las primeras dos – tres horas de CDMX a Ixtapan de la Sal… Check, porque nos esperaban otras 12-13 horas de convivencia continua el día siguiente (sí, todavía en ese momento pensábamos que tardaríamos por lo menos 12 horas en terminar el recorrido).

El sábado por la mañana (si es que se le puede llamar mañana a ese horario) los despertadores empezaron a sonar desde las 3:30 a.m. para empezar a arreglarnos y subirnos a la camioneta y arrancar el recorrido. Empiezan “las bromas” de comentar que no hay necesidad de estar ahí pero que seguramente terminando vamos a estar todos felices apuntados para el siguiente (favor de leer hasta el final para saber el desenlace de esta historia).  

La primera parte del recorrido está marcado por segmentos de alrededor de 5 km. cada uno, que nos habíamos repartido de acuerdo a nuestras aptitudes (or lack of them jajaja).  5 am de la mañana arranca la carrera con el 1er segmento que debía ser el más rápido y donde se empiezan a separar los equipos. El 2º (si alguien del comité organizador está leyendo esto, favor de considerar mejores señalizaciones en este segmento) que une el pueblo con un sendero.  El 3er segmento de sendero en donde sacamos a nuestra arma secreta ultra maratonista. El 4º y 5º donde entras a carretera y empiezas lo que a partir de ahora vamos a llamar las “subidas del infierno”.

Terminando estos trayectos está en los equipos el formar su propia estrategia y logística para completar los otros 95 kilómetros y donde la verdadera diversión empieza.  En este momento empiezas a identificar a los otros equipos que van pisándote los talones y a los que tú se los vas pisando.  Sientes que ya los quieres (aunque también no quieres que nadie más te pase). De ir en penúltimo lugar (regresamos al punto donde hace falta mejor señalización en el segmento 2) logramos pasar a unos 6 equipos. Empiezas a cambiar la estrategia de segmentos largos a segmentos de 500 – 800 metros. Cada vez se te hace más fáciles las paradas para hacer del baño en cualquier arbolito de la carretera. Comienzas a querer correr sin música para ir escuchando lo que va pasando a tu alrededor (perdón comité, sí corrí mi primer trayecto con música).  Ya sientes que conoces a los de la camioneta como la palma de tu mano. Te arrepientes de no haber entrenado un poco mejor y rezas que se acaben pronto las “subidas del infierno”.  Unas gomitas te saben como si te estuvieras comiendo un helado en algún parque y un trago de Gatorade te sabe a una cerveza en la orilla del mar.

Diez horas y treinta y tantos minutos después vemos el letrero de Rancho Avándaro… ¡qué paz!  Mucho tiempo menos del esperado pasamos todos juntos la meta, y sí, me recuerda porqué me gusta correr. Inmediatamente mi negación a correr que había traído este año desaparece y Paola is back in the game!!!!!

Gracias Karina por siempre regañarme porque dices que sabes mi potencial, gracias por hacer un equipo tan padre y divertido y por supuesto gracias por las horas y horas de risas.  Gracias Lore y Toño, por dar tanto de ustedes, son unos grandes atletas, grandes maestros (para empezar no vuelvo a llevar tanta ropa) y sobre todo la definición de trabajo en equipo.  Desde el fondo de mi corazón no sé qué hubiera sido de mi sin ustedes en esos 120 kilómetros jajaja.  Gracias Ross por ser mi partner en estas locuras, por tu paciencia, por tu entusiasmo y pues por muchas carreras más.

P.D.  Para ti que leíste a este punto sólo para saber si si vamos a querer correrlo de nuevo la respuesta es SÍ.  #RepeatModeOn… ¡¡¡Tiembla “Sal a Valle”!!!

Imagen destacada: Adidas

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